::: KUSSY HUAYRA, LA COSECHA :::




Estamos recontentos porque se ven los resultados de tanta pica, pala y deshierbe, después de casi dos meses los primeros frutos de la huerta son cosechados.

La tarea de la cosecha fue muy sencilla, simplemente necesitamos de manos y un cuchillo, manos para poder arrancar los rábanos y lechugas y un cuchillo para quitarle las hojas a las acelgas y las coles chinas. Un grupo de niños muy acomedidos ayudaron a la tarea de la cosecha entre gritos, alegría, algarabía y manos sucias de tierra, tal vez ellos nunca habían tenido la oportunidad como la gran mayoría de los niños citadinos de cosechar comida, ya tenían una conversación que compartir con sus compañeritos de escuela.

Las huertas urbanas son buenas para los niños porque les permite ser más observadores del mundo, saber cómo funciona la naturaleza, pues muchos niños de ciudad piensan que la comida nace en el supermercado y el agua en las paredes de las casas.

Por desgracia no cuantificamos la cantidad de comida cosechada, solo sabemos que los rábanos estaban grandes igual que las lechugas, coles chinas y acelgas; esto nos sirve de experiencia para en la próxima siembre llevar una tabla de datos.

Aprovechando la cosecha, se trajeron unos tomates de la huerta de milena para mezclarlos con los productos cosechados. Edith se puso manos en la olla y preparo una deliciosa ensalada la cual será publicada algún día.

Comimos todos y quedamos satisfechos del sabor, de saber que no habíamos consumido ningún producto agrotóxico, de saber que es posible sembrar en las ciudades.

Con las pilas de nuestro organismo cargadas, volteamos el compost esa tarde, agregándole algunos nutrientes al compost.

Poco a poco vamos dándole forme a esta ensayo para que se convierta en una real opción económica, de salud y vida.

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