Por cosas de la vida un ingeniero agrónomo que trabaja para la secretaría de salud decidió desarrollar un cuento de agricultura urbana para el mejoramiento de la calidad de vida y nutrición de los niños de escuelas de barrios populares de Bucaramanga y su área metropolitana, entonces recurrió a Otto para que le brindara asesoría técnica con esos talleres; eso fue más o menos para mediados del primer semestre del 2009.
Se tomaron lugares para hacer las huertas en sitios que hacía mucho tiempo no se habían utilizado, como cosa rara los sitios donde hubo huertas siempre se convierten en tiraderos de basura plástica, zapatos viejos y de todito, entonces se procedió a recoger toda esa basura y a desyerbar, desyerbe se utilizó para armar la primera pila de compost.
Luego se procedió con lo típico de siempre con las huertas urbanas: construcción de eras, arreglo de las calles para la facilidad del tránsito, encalado, incorporación de compost, transplante y siembra directa.
Todos los niños estaban engomados con el cuento de la agricultura, camellaron, cogieron las herramientas, jugaron, rieron, sembraron y quedaron con muchas expectativas de su trabajo. El camello de Otto llegó hasta la parte de la siembra, sabemos que se lograron cosechar los productos.
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