LOS PROBLEMAS CAUSADOS POR LA EROSION

 Otto Hugo Rios Garrido

El  mayor problema en el trópico ocurrido sobre las tierras  de ladera es la erosión por degradase su material debido a fuertes desplazamientos masales ocurridos por el exceso de agua producto de los cambios climáticos que se  presentan principalmente a causa de los fenómenos conocidos como
del niño o la niña, donde se tienen temporadas muy secas  y posteriormente extremas precipitaciones 
que acarrean alta saturación de agua sobre la superficie del suelo y como consecuencia de  esto, erosiones avanzadas que puede llegar a destruir totalmente un predio rural de ladera.     
            
Igual ha sucedido desde tiempos inmemorables con las culturas milenarias que al desaparecer, por falta de prácticas culturales, terminaron degradadas a causa de  la erosión. Lo anterior nos confirma que para evitar graves daños por los movimientos masales que producen las lluvias causantes de la erosión, que  deben ser atendidas por los agricultores para evitar daños mayores.              

Entre las acciones correctivas recomendadas se incluye como prioritaria, la prevención con un buen uso correctivo de los suelos afectados. 
                                                                
Son las llamadas buenas prácticas de manejo de los suelos que conducen a un adecuado uso de la tierra para beneficio del finquero y de nuestro querida Colombia.          
                                                     
Somos un  país de cordilleras dentro de  la  gran cadena andina , legado de nuestros antepasados que debemos proteger con acciones como el terraceo en curvas de nivel mostradas en las fotografías adjuntas sobre trabajos realizados en nuestras tierras del país, o cualquier otro sistema tendiente a evitar la erosión laminar o en capas del suelo en nuestras fincas patrimonio de la familia.
Bucaramanga, octubre de 2012       

Publicacion en vanguardia liberal.


http://www.vanguardia.com/economia/local/179519-terrazas-de-santander-se-exportan-a-antioquia
Sirven pa’ todo



Trabajo de terrazas en curvas a nivel.



EPÍGRAFE:



“Sin embargo, su obra más admirable no es su arquitectura monumental, no es el arte fino de su orfebrería, cerámica o textilería, no es su música, tan propia y tan profunda, no es finalmente su organización social adecuada y eficaz para el momento en que vivieron.


Lo más admirable, lo más valioso, lo más perdurable de su obra, es haber convertido este medio andino, tan hostil y tan agreste, tan inadecuado y agresivo en un PARAÍSO AGRÍCOLA.”


El subrayado, la negrilla y la mayúscula son nuestros.

(El texto fue extraído de las memorias de un congreso sobre cultivos andinos realizado en Bolivia…)



Uso de herramientas.

       
      Perfil rocoso intervenido.


      
Visita por la terraza.




Ficha Técnica:

TERRAZAS EN CURVAS A NIVEL COMO SISTEMA DEMOSTRADO DE CONSERVACIÓN DE SUELOS, PARA PENDIENTES, IDEAL PARA TODO EL SISTEMA ANDINO.


Título:

SIRVEN PA’ TODO

Ejecutor:

OTTO HUGO RIOS GARRIDO, INGENIERO AGRÓNOMO APLICADO A LA CONSERVACIÓN DE SUELOS  (BIOINGENIERIA)..

Texto:

Senderos, caminos, en todo caso, terrazas en curvas a nivel.
Sirven pa bajar la cosecha de hortalizas.
Sirven para apreciar… para estarse… para que el agua corra…
En terrenos ondulados y semi-ondulados sería muy difícil y hasta imposible cosechar ciertos frutos.  Cuando el operario o la bestia quedan sobre una terraza las cosas cambian.
Siendo mejoras, las terrazas superan el tiempo, la cultura.  Existen vestigios milenarios de pueblos que ocuparon el suelo andino con los pies sobre la tierra, en las más altas cumbres de nuestro sistema.
Metros de qué. 
De trazado, de terraza, de caminata, de cosecha, de camino para bestias y para personas.
Piedras, tierra, elementos del sustrato, características del perfil que van definiendo la rudeza de la labor.
Piqueros, asadoneros, palineros, trazadores de curvas y así una serie de roles y funciones requeridas para un buen terraceo, para unos caminos que conecten todo el territorio, buscando comodidad, rendimiento, armonía del paisaje, calidad de vida para todos los implicados en un proceso productivo, o en una cadena ecosistémica en la que el ser humano intervenga.
Metro a metro, palmo a palmo, hortalizas, caucho o frutales, las terrazas, perennes, herencia urgente de la humanidad.







OTROS TRABAJOS EN LOS QUE APLICA EL TERRACEO EN CURVAS A NIVEL.



Aplicación de terrazas en curvas a nivel para proyectos Hortícolas y y plantas medicinales.  
1. 



Aplicación de terrazas en curvas a nivel para proyectos Hortícolas 4. 



Aplicación de terrazas en curvas a nivel para proyectos Hortícolas 5. 



Utilización de material de bosque desperdiciado, para la elaboración de caminos, en parcela del área Metropolitana de Bucaramanga.





Incorporación de piedra como elemento natural en la estabilización y terminado de un sendero en huerto de Guayaba. 





Incorporación de piedra como elemento natural en la estabilización y terminado de un sendero en huerto de guayaba 2.




Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga Barrio Pantano 3-A 2.011-1.


Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-2.



Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-3.



Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-4.


   Proyecto de conservación del suelo frente a la problemática de          la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio pantano                A-3 2.011-5




Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-6.




Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-7.


Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-8.




Proyecto de Conservación de Suelos frente a la problemática de la Erosión en la escarpa de Bucaramanga,Barrio Pantano 3-A 2.011-9.











 FIN.










Un granito de maíz, Parte 1

Yo soy ese maíz, yo soy maíz.  En mi boca el sabor de la arepa me hace niño y puedo poner fermento a mis palabras con una buena chicha, puedo llegar a encontrarme con muchas sorpresas desde el día en que llegó a mis manos y a mis más íntimos pensamientos un granito de maíz.  Embuchado, enmochilado, puesto ahí, germinando, viendo pasar sus golosos invitados.   


La pertenencia, se expresa desde cada punto del suelo convertido en colcha verde para obtener la comida de mi gente, mi madre, mi padre, mis hijos, mis hermanos, mis amigos, con sentimiento de campesino enamorado del milagro de la vida y dándoles nosotros de comer.  Nos jugamos la verdad sobre la belleza de nuestros territorios, la belleza en su máxima expresión, aquí los niños con su gusto alegre pondrán las flores en su lugar, sembrarán las tiernas semillas y les contarán a otros niños cómo lo hicieron, qué resultados obtuvieron, cómo se sintieron.


La verdad de una semilla de maíz tiene sus límites en las manos del sembrador, en su delicado esfuerzo, observación, aplicación de los sentidos, conexión lógica, contemplación mágica.  Entonces nos decidimos a la siembre y sentimos el milagro de la multiplicación.  Les contamos a todos que de una semilla salen mil.  Así, cada uno con sus cuentas puede hacer alguna oferta, puede disponer de un sentido, de una dinámica, de un bien material, de algo pertinente que se puede poner a jugar, a circular.


Estamos hablando de ese hombre inquieto que cruza la historia, harapiento, maloliente, miedoso, trasnochado, trastornado, sufrido, deprimido, perezoso, otro día se intoxica de la dicha ata cabos y descubre el poder de la semilla, es el amanecer del hombre del neolítico que emprende de nuevo valiente mirando la luz, se agarra de sí, se compenetra, hace sus propios enlaces, toma la herramienta, la pule, la afila y sale vanidoso de reconocer el mundo bajo sus pies y alista en su vieja mochila, la gloria del mundo.


Allí se potencia el anhelo del fermento sacralizado por el esfuerzo, de ese apasionado visaje que entre golpe y golpe completa su largo aliento, entre una cosa y otra de la acción y el pensamiento, el gusto por la herramienta, el resultado, la fiesta…

::: LA HUERTA MANDALA :::

Está ubicada en el barrio Los Príncipes cerca al río Aranzoque en el municipio de Floridablanca (Colombia-Santander). Para la siembra en el patio interior de la casa se utilizaron botellas de PET recicladas y otros recipientes recuperados que se han perforado en su parte inferior para permitir la evacuación de líquido y en la parte superior para llenar con abono orgánico (de la pila de compost de Juanito). En exteriores, frente a la casa, se recuperó un espacio de 2 x 2 metros para la huerta donde se utilizaron ladrillos, piedras y madera reciclada para levantar un encierro que la proteja de los animales y de los vecinos. Experimentando con la luna se han hecho diferentes tiempos de siembra para asegurar la germinación y crecimiento de las plántulas: en la primera siembra en luna creciente (entre el 2 y el 4 de Mayo) se sembró brócoli, espinaca, lechuga y acelga y en la menguante (9 de Mayo) se sembró en forma de espiral siguiendo el movimiento de la energía para conseguir mejores resultados algunas semillas de: lechuga, brócoli, espinaca, cebollín y acelga. Seguimos con la recolección de botellas de PET y otros recipientes y materiales útiles, en colaboración con los vecinos, Milena y Juanito “el compostador”, para así en pocos días tener una tercera siembra de otras especies como maíces, maní, jengibre y fríjoles. La buena noticia es que las semillas sembradas en la primera tanda ya han germinado, pero claro, Tere se comunica con ellas y les habla para que crezcan sanas, sean fuertes y den frutos además del agua y los cuidados de la madre tierra.
                        


Vamos  por  la  joya.


Al final del año 2.010 estábamos en alerta por las fuertes lluvias y queríamos ir a la Joya a observar el tema de la escarpa erosionándose pero también tenía un poquito el ingrediente de romper con el mito del barrio intransitable, de la muerte rondando y demás rótulos que hay para estos sectores y va uno a ver y efectivamente esto se viene erosionando.


Pero ya hemos escuchado que toda enfermedad es curable, lo cual es válido para los grandes chancros sociales, para estas lepras y cánceres de la erosión, para todas esas caspitas que provocan animadversión en los jueces moralistas que atacan la juventud y su locura.


Jóvenes desahuciados  que revisan sus fuerzas a la luz de una oportunidad, casas en la orilla que buscan mejores terrenos, orillas que buscan estabilidad, lugares varios por componer, basureros que esperan ser jardín, como aquel jardín que planteamos para el Pantano 3-A un barrio en donde la ciudad tiene sus peores aires, gases hediondos y un perfil erosivo que hace incierta la vida de un segmento de la población, que sobrada de nombre con llamarse joya, quisiera más que lucir bien, sentirse bien, llenos de ánimo, esperanza, ideales sobre un futuro mejor, con los pies sobre la tierra. 


Allí en esos orillos, taludes huérfanos, quedan sometidos al dolor de caer y recaer y ser visitados por la oficialidad que plantea recuperaciones duras, pantallas ancladas que han de ser para el suelo como meter a un muchacho a la cárcel con el propósito de resocializarlo. 


Con 47 años de fundación, ya es mucha historia la que se viene acumulando, buena es la hora para hacer un compost de datos, de ideas y por supuesto, también para iniciar el ensayo de un compost a favor del suelo, que recupere los taludes, que plantee el aprovechamiento inteligente de las áreas comunes. 


Escarpa que de no ser un basurero, un escurridero de aguas pichas, podría ser un parque ambiental, un observatorio de aves, un cruce de caminantes.  

Tres tristes tigres, totumas alegres, viva el maíz.

“Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”


Sembrado en la escarpa de Bucaramanga es una violación
a la regla institucional,
es una presencia ilegal y
estorbosa para el DMI de la CDMB.

Desde hace varios años, tal vez siempre violando las reglas, hemos sembrado maíz.
En el patio, en la terraza, en el jardín, ahora en la escarpa, sobre el DMI,
que se va con el agua abajo, a pesar de tantísima pantalla anclada,
de tanto gavión, de tanto director, de tanto billullo que también se va.

Nosotros, ONG ambientalista, declaramos que este pueblo bumangués está hecho
de maíz y en una tradición tan antigua podemos recuperar acciones transformadoras
como el terraceo para la siembra, para salvar nuestros suelos de un mal tan terrible
como la erosión, “lepra del suelo” y su cáncer, el cemento.


Maíz de terraza, molido en la casa, antes con piedra, después con la máquina
de moler y su ma, su má, su má.

Su má para todo el que piense que aquí van más carros.

Arepa, regañona, chicha, música alegre del campo y gente que
quiere volver a vivir con la dignidad y el orgullo de lo que trae a colación
su propio brazo.

Acaba 2.011, cosechando, dando nosotros de comer y beber cual informe, en Casa del Libro
Total.



Un hombre perdido en días recobrados


¿Pudiera ser la frase para describir los rumbos de ésta humanidad caótica y víctima de sus propios artificios e inteligencia? Tal vez habría que redefinir qué se debe entender por inteligencia, si bien en la historia como en la vida cotidiana se demuestra que sola la inteligencia no basta.

"La tragedia invernal no es un fenómeno natural", titulan algunos medios a propósito del padecimiento generalizado de nuestro país, donde unidas todas las inteligencias que se juegan nuestra gobernanza, no alcanzan para apostarle a una voluntad política sin la interferencia de intereses partidistas y clientelistas.

En ese pequeño margen que nos otorga derechos como ciudadanos, ¿cuántos en realidad asumen el deber de responder por el bienestar de sus respectivos pueblos?
¿Cuál debería ser el énfasis en un plan de desarrollo?

Entre quienes llevan encarnada una respuesta coherente para enfrentar las inestabilidades de nuestros suelos y el progresivo y ascendente efecto del cambio climático, se encuentra el especialista en bioingeniería de suelos, terrazas en curvas a nivel y producción orgánica de alimentos, Otto Hugo Ríos Garrido, ingeniero agrónomo.

Dirán que hay muchos como él, pero quienes quieran buscar a Otto deben enterarse de que no lo podrán encontrar en páginas amarillas o en el cuadro de honor de la Sociedad de Ingenieros Agrónomos; menos en los titulares de cuentas de ahorro o en los mesurados compartimentos de lustrosas y asépticas oficinas.
No, allí no lo encontrarán aunque en realidad es donde se debería hallar...debería, según la cómoda vida del status profesional; como la mayoría de ingenieros agrónomos, que olvidando la salud de la madre naturaleza y la de sus propios organismos adoptaron la vía química y la producción a toda costa, entonces estarían en las listas de empleados de las multinacionales productoras de agroquímicos e incluso promotores de la manipulación genética de alimentos.

En definitiva, Otto es ese hombre perdido y creo que perdido por completo para todo eso. Así que búsquemoslo en la libertad del que mira quién queda atrás, cuando nosotros también emprendamos ese desconocido y arriesgado camino hacia nosotros mismos y cuando también hayamos perdido el rumbo, éste rumbo ecocida y descuidado de nuestra actual civilización.

Y aunque Otto no desconoce la soberbia ni nosotros podemos desconocerla, este principio de año 2.012 en los días más pesados, fue su obstinación de tener una buena propuesta y quererla transmitir a nuestros paisanos, lo más relevante de su carácter impenitente, afrentoso, agresivo y que como buen sembrador supo apostarle a la siembra, al terraceo, los trinchos y las empalizadas; perdido, supo hacernos sentir días recobrados, no por desearlo sino para llevar una verdad hasta sus últimas consecuencias, saber que se puede hacer una obra de arte con la tierra, aún la derrumbada, haciéndolo en el silencio de la obra y al compás del tiempo, a la espera de que con muchos brazos y a pleno sol, un día cercano nos podamos acompañar como buenos mosqueteros contra la erosión y el acoso del hambre, uno para todos, todos para uno.

::: EN UN DÍA PERDIDO UN HOMBRE ENCONTRADO. :::

Por: Rainier Céspedes Ramírez
Presidente Asociación Zua Quetzal,

Para La Educación Ambiental el Arte y la Cultura.




¿Qué sueña este hombre que labra la tierra como si fuera propia pero que no posee nada? ¿Es que ha pasado dos décadas entre libros para tener que coger las herramientas del campo como cualquier campesino?

Al atardecer ya no somos la estatua que se extasía en la entrada del sol, ya los ojos se pueden abrir más para ver de frente la parte del sueño que se pierde atrás de nosotros.

Fue cuando hicimos “mi primer compost” que Otto Hugo logró proporcionarme la experiencia en vivo de la comunión armoniosa con el suelo que pisamos.

Sí, este amigo mío ingeniero agrónomo especialista en agricultura orgánica, entre su jerga erudita, tranquila, positiva, campesino de alma, nato de estas tierras, tiene aspereza, dureza, es grosero y violento. Tal vez todos somos un poco así porque la cultura es nuestra nodriza común, pero no es ahí donde termina la altura de Otto Hugo.

Lo he visto crecer cuando busca en lo bajo, en los desposeídos y marginados, en las cárceles, en las tierras que otros tienen convertidas en basureros, en las escarpas que otros eluden como un problema, en las arideces que otros evitan.

Es en esos descensos hacia sus raíces de trabajador del campo, en la nativa humildad del suelo que ocupamos, que tiene todas las afinidades con la sabiduría ancestral, en el manejo del suelo con el sistema de terrazas en las cuales Otto Hugo es todo un capitán, el Capi Terrazas, es ahí cuando lo siento hecho hombre, cuando extrae alimentos sanos y limpios de una tierra que nuestra furia tiene convertida en basurero.

Otto es el primer hombre cuando entrena a otras personas en un camino de reconexión con el ciclo de la naturaleza por medio de la ruta de lo orgánico. Nos dio la magia cotidiana donde la muerte y la desintegración en el compost como en la vida se procesan para producir de nuevo la vida. Fue cuando los deshierbes y las limpias tuvieron el sentido, cuando vimos la relación y ya no tuvimos que llamar a ninguna planta “maleza” o “mala hierba”, sino al contrario las llamamos “buenazas”, pues nosotros cortábamos sin contemplación todas aquellas plantas y seres vivos con nuestras poderosas herramientas afiladas para vencer la resistencia vegetal, pero elaborando el compost nos conectábamos de nuevo con la vida.

Produjimos alimento para incorporar de nuevo al suelo y era por biodegradación, era por el camino de la pichera, de lo podrido, la podredumbre, el silencio de la muerte, lo más fangoso, grosero y descompuesto de repente habría de convertirse, acrisoladas con agua, radiación solar, calor y aire, en una sustancia al servicio de la vida, de la alimentación sana del ser humano. Allí Otto es todo un “niñero” como dicen cariñosamente en la calle a los bacanes, a los papás Noel criollos, él se preocuparía por los que no tienen alimento para su diario vivir, sueña la comunidad con la tierra, de hecho la trabaja y uno con él la trabaja como si fuera propia, aunque no tengamos ni un centímetro de papel que lo constate, en medio del delirio esquizoide de la sociedad de propietarios de la tierra que no logran apropiársela.

Con Otto comprendí la vida que sembraba al matar, al morir. También el compost tiene su punto y nos han faltado algunos ingredientes, pero esa obsesión de Otto por el alimento es lo que necesitamos para revertir esta ignominiosa dependencia donde ya casi todo lo que comemos lo estamos importando. Otto es el ejemplo vivo de un retrato particular, la resistencia a través de la permanencia en el buen sentido, el sentido de ser un hijo leal de la madre tierra, un montañero de lujo que ha dado un paso fundamental para que su pueblo lo pueda seguir, pues él, Otto, es también el camino, algo de la verdad y eso sí, brinda por la vida.