::: Llevamos tres montones de compost en la niebla::: B-)




Por: Edison

Ya completamos el cuarto domingo de camello en la niebla, como siempre nos citamos en la plaza guarín, hicimos las compras habituales de vísceras en general, y arrancamos en el carro de don Juan Manuel, uno en una cicla y otros dos en un pirata hacia el Km. 12; un pirata nos quería tumbar cobrándonos el pasaje a $2000 pesos por persona cuado usualmente cuesta $1500 pesos.
Las tareas que se definieron para el día fueron: voltear el compost aplicando roca fosfórica y melaza, y continuar recogiendo material orgánico de la zanja del tramo de carretera frente a la niebla. Nos pusimos manos a la obra dividiéndonos en dos grupos.
El compost hasta el momento del volteo iba viento en popa, pues estaba calientito y vaporoso o como dicen los entendidos que “esta pasando de un fase mesófila a una termófila”, demostrando que los microorganismos seguían camellando en la descomposición de la materia orgánica. El primer montón se logro voltear antes del almuerzo.
En la zanja se dedicaron a macanear la orilla y terminar de recolectar el último puchito de materia orgánica que quedaba.
Como obrerx con hambre no trabaja entonces pasamos a la sección de almuerzo, como siempre estuvo delicioso, una feria de vísceras, yuca y ensalada con la cual quedamos satisfechxs y como obrerx lleno tampoco trabaja nos dedicamos a reposar alrededor de una pola bien fría, una sola nomás por desgracia.
Ya con los ánimos renovados, nos fuimos para el bosque a armar un… montón de compostaje, aprovechando que ya había materia orgánica acumulada naturalmente, barrimos las hojas caídas de los alrededores y la acrecentamos formando un montón considerable; en ese oficio nos encontramos una ranita como del tamaño de una uña muy bonita la jijuemadre.
Toda la materia orgánica del macaneo y de la zanja fue recogida con un gran avance tecnológico: palancas. Dos palos se convirtieron en una hermosa carretilla que nos ahorraba la pereza de echar las hojas entre un costal y poder transportar más peso. Por fin la zanja quedó limpia, nos dio para camellar 4 domingos que implicaron una cantidad considerable de materia orgánica recolectada, acumulada en dos montones que muy pronto serán abono gratis, libres de inconciencia ambiental y sin ganancias para las multinacionales agrotóxicas.
Este domingo no encontramos a ningún alacrán, pero si una hermosa culebra rabo de ají que según el ciclista es bastante venenosa, además de la culebra nos encontramos un caracol que dio la excusa para divagar sobre las bondades de la baba de caracol.
El tronco que el domingo pasado se había cortado y orillado para sembrar unas planticas bien bonitas se lo robaron, no supimos quien ni como pero ya no estaba, nadie dio razón de él.
Uno de los grandes problemas que vimos en la limpieza de la zanja es la basura dejada por una manada de puercxs e inconcientes que vienen a gorriar aire puro y belleza a la naturaleza pero no tienen una neurona extra para saber que las bolsitas de plástico, envolturas, botellas, envases, condones y “de todito”, NO se tiran por ahí, se meten en el bolsillito o donde mejor les quepa y le deja ese problema a las ciudades.
Estamos muy contentos con el camello ya tenemos tres montones de materia orgánica comportándose para nuestras futuras siembras.
Concluido el trabajo del día no nos podíamos ir sin una pola más.
Don Juan Manuel quedo contento con el trabajo realizado, nos contó que la CDMB la va a presentar una propuesta relacionada con el turismo ecológico y quiere que nuestro combo presente algunas propuestas.
Esta vez no bajamos a pie, don Juan Manuel le dijo a un muchacho que nos llevara en el carro de él, mas sin embargo llegamos mamaxs pero contentos como siempre de compostarnos un día más.

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